jueves, 5 de octubre de 2017

Puigdemont en su laberinto

A mí lo que más me sorprendió del discurso de Puigdemont fue cuando dijo, nada más empezar, que el pueblo de Catalunya “está unido”.  Casi me da un ataque de risa. Acababa de llegar del megacuartel de la Guardia Civil en Sant Andreu de la Barca y había al menos 800 personas chillando "yo soy español-español-español".
Es cierto que muchos eran familiares de los propios guardias. Y que se metieron en el cuartel nada más acabar la  concentración. Pero también había vehículos que pasaban de largo tras expresar el oportuno bocinazo de solidaridad. Eran acogidos con vítores. Para hacernos una idea: Sant Andreu es una localidad del área metropolitana de Barcelona.

La siguiente nota de humor fue cuando dijo que el Rey había incumplido la Constitución. Ahí ya pensé que bajo esa frondosa cabellera, que ya querría yo para mí, hay algo que no funciona. Como su comparecencia el pasado lunes, cuando manifestó que  él era el máximo representante del Estado en Catalunya. Es cierto ¿pero no té quieres ir? ¿Montas todo el pollo y ahora sales con ésas?.

Hay algo que no carbura. Habría que pedir cuentas no sólo a él sino al estado mayor del proceso que La Vanguardia ha tenido hoy la gentileza de publicar porque andaban muy escondidos. Un día habrá que agradecerles a todos y cada uno de ellos lo que han hecho por el país. Sólo falta Vicent Sanchis o Pepe Antich.
Aunque llamarle estado mayor es ser muy generosos porque carece de la meticulosidad prusiana. El problema ya no es que el Rey va desnudo, es que la Corte está en pelotas. Eso tampoco lo dicen en TV3 donde andan dándose ánimos en tertulias y debates monocolores.

¿En manos de quién estamos los catalanes? ¿De unos inconscientes? ¿De unos irresponsables? Probablemente de las dos cosas a la vez. De hecho, la misma Ley de Referéndum insinúa que somos una colonia -en la segunda línea salen las Naciones Unidas- y al mismo tiempo apela a la Constitución española del 78.
Desde luego, a mí también me pareció duro el mensaje del Rey. Yo pensé que saldría templando gaitas. En plan: catalanes os queremos. No os vayáis. Hasta podría haber hecho el discurso en catalán porque lo domina perfectamente.
¿Pero qué esperaban? Es el jefe del Estado. Puso las cosas en su sitio. Los catalanes, o al menos la mitad, hemos estado dando la tabarra durante cinco años. Al final se le hincharon las pelotas como recogimos en nuestra edición. Al fin y al cabo también es humano.

Porque, a ver, ¿ahora sale Puigdemont con la mediación? Pero no decían que nos íbamos, que habíamos pasado pantalla, que votarem-votarem. A mí ya me hacia gracia cuando proclamaban que haríamos un referéndum sí o sí y que luego negociaríamos. ¿Entonces, negociar qué?.
Porque en política se puede negociar todo -miren los vascos o aquel diputado canario- pero eso depende, por ejemplo, del número de diputados que tienes en el Congreso. Y la otra hora poderosa CiU ha quedado reducida a ocho escaños en el gallinero del Congreso. A veces hasta enseñan cartelitos como los de la CUP.
Francamente, les ha entrado el canguelo. ¿Ustedes saben que la Ley de Transitoriedad establece que en 48 horas a partir de los resultados oficiales del referéndum tienes que proclamar la República? Por esto todavía dicen que son provisionales. Están incumpliendo su propia ley.

Aunque tambén establecía una Sindicatura Electoral y sus miembros se dieron el piro en cuanto cayó la primera multa. Imaginen lo que confiaban ellos mismos en la independencia. No ha habido tiempo ni de hacerles una foto. 
Lo de siempre: ¿Cómo vas a proclamar la República catalana con los resultados de un referéndum que hasta los observadores internacionales ponen en duda? Y eso que los has tenido una semana a pan y cuchillo. Por las dificultades del Estado -con la Policía y Guardia Civil repartiendo porrazos- pero qué esperaban: si el TC dice que no es no.

Ahora les ha entrado el canguelo. Se trata de salvar los muebles. Y, en la medida de lo posible, el culo. Perdonen la expresión. Por eso ahora hablan de mediación. La palabra de moda. ¿Ahora? ¿Ahora que has quemado todas las naves? Si se fueron al centro que dirige Jimmy Carter y los mandó amablamente a paseo. Es que ni los progres del Parlamento Europeo, que siempre andan dando apoyo a causas románticas o perdidas.
¡Han pedido hasta la mediación de la Iglesia! A ver si lo entiendo: un Gobierno que ha pactado con la CUP lanzando un SOS al arzobispo de Barcelona y al abad de Montserat. El cardenal Juan José Omella -que es de Teruel pero habla catalán- no está por la independencia. Pero si hasta le dieron un toque tras la misa por las víctimas de los atentados yihadistas porque tuvo la idea de deslizar un mensaje a favor de la unidad en la homilia.
Además, ¿los de la CUP no son ésos que van pintando iglesias? Hasta montaron un numerito en Montserrat, frente a la Moreneta. ¿Y saben qué hizo el Govern? Nada, no se atrevieron ni a condenar la acción. La campaña del referéndum la iniciaron frente a la catedral de Tarragona. Para dejar claro que, en la futura República, ni curas ni patriarcado.


Ciertamente, es curioso como ahora en Catalunya salen mediadores como setas. Salen voluntarios por doquier: el Colegio de Abogados, el Síndic de Greuges, que no se pierde una. Ayer ya lo tuvieron en TV3 dando la vara pero éste es el que iba diciendo que España era casi como Turquía. Hasta el Barça se ha apuntado. No, el mal lamentablemente ya está hecho.
En fin, esto acabará fatal. Yo hace años que lo vengo diciendo: Artur cuando convocas elecciones y pierdes doce diputados de golpe es que alguna cosa falla. Tú fuiste el primero en liarla. Sólo te faltaba salir en plan mesías. Ahí ya se creyeron que eran todo el pueblo.
Por esto voy diciendo a todo dirigente del PP que se tercie, incluso por whatsapp, que las derrotas humillantes en política no son buenas. Si la reacción es desmesurada todavía tengo esperanzas de que los catalanes podamos ser independientes en un futuro no muy lejano. Incluso próximo.
Tampoco hay que menospreciar a dos millones de catalanes. No puede ser que el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando -que por cierto nos lee porque mencionó nuestra noticia sobre Oriol Amorós- compare las manifestaciones del domingo con el nazismo. No lo son: el soberanismo es un movimiento de clases medias.
En fin, ¿y ahora qué? ¿Y si éstos se empeñan en la DUI? Aunque ahora mismo no parece tan claro. Puigdemont ni siquiera la mencionó en su discurso. Y en TV3 han pasado de soslayo. Como la prensa afín. Pues supongo que el Estado aplicará el 155 y aquí la mitad de Catalunya saldrá a la calle. De mal en peor.
Hay, en todo caso, un convencimiento en el PP de que, a los dirigentes que nos han llevado hasta aquí, la cosa no puede salirles gratis. Ahora no sirven los llamamientos a la reconciliación y a la concordia después de la que han liado.
Pero a este paso los catalanes vamos a acabar añorando la Mancomunitat. Nosotros mismos nos hemos liquidado el estatuto sin tener una red de seguridad como los trapecistas. El último que se cargó el Estatut fue Franco. Triste, muy triste todo. Elecciones, ya.
XAVIER RIUS

No hay comentarios: