sábado, 22 de mayo de 2010

Inventar una mujer

Los sucesivos bostezos de la hermosa morena de pelo rizado en aquella terraza cerca del mar, demostraban que mi conversación carecía de interés, por lo tanto me inventé una mujer, si amigos blogger me inventé una rival con la que estaba casado de la que estaba lejos, ella de vacaciones en un pueblecito lejano, no me desagrada, es rubia, pelo liso, ojos azules, buen cuerpo, generoso escote, labios gruesos, pintora bohemia, me había convertido por fin en un Rodriguez, un alguien que buscaba una aventura, una vida que no habría que soportar por un polvo primaveral.

Ya puestos también me inventé un interesante trabajo de broker estresado y un buen conflicto familiar, los bostezos iban desapareciendo, por lo tanto añadí 2 gemelas muy crueles, naturalmente quiero mucho a mi mujer, le puse el nombre de Agatha, pero ella es celosa, no me comprende, bla, bla, bla.

Aquí viene lo sorprendente a medida que voy hablando, me enamoro de esa tal mujer virtual y me importa menos la exuberante morena. Otro giro coopernicano al poco la mujer de los rizos, ya se ofreció a llevarme a un bar brasileiro, parece ser que ahora yo debía ser algo más interesante, pero era yo el que tenía que hacer un esfuerzo brutal para no bostezar, estaba deseando pensar en mi mujer virtual.

Antes de salir, recibo una llamada en el móvil .......era una tal Agatha, me puse nervioso, me despedí de la morena precipitadamente
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2 comentarios:

© Capri dijo...

En lo ficticio se entremezcla con la realidad. Cuando inventamos algo, es porque deseamos vivirlo, y me refiero en este caso a relatos, historias y/o pensamientos.

Es bueno inventar, hay inventos que luego se materializan; y generalmente sueler salir muy requetebien.

Te enlazo, me gustan tus astillas.


PD) a la tarde te enviaré las bases del concurso

Un beso y muchas gracias por pasarte por mi blog.

Delasunto dijo...

Gracias Capri, yo vengo de tu blog y la verdad es que me ha gustado, no enlazo por enlazar
un besazo y gracias