No recordaba haber visto nada más en toda mi vida, me encontraba prisionero desde el nacimiento, en aquella gruta cavernosa, era mi mundo, lleno de laberínticas paredes negras y grises, unas gruesas cadenas, me sujetan el cuello y las piernas y me retienen a escasos metros de unas argollas ancladas en el suelo.
Solo puedo ver la pared del fondo, sin poder girar la cabeza más allá, justo detrás un tosco pasillo estrecho, una hoguera que percibo por su olor y la entrada de la cueva, cordón umbilical que me ata al mundo que me rodea.
Por el pasillo circula una mujer, eso deduzco, porque no la puedo ver, se oyen unos sonidos rítmicos, que retumban en toda la cueva y las sombras chinescas de esa hembra de sensuales curvas, retorciéndose sobre si misma al ritmo frenético de esa percusión de ultratumba, entre el humo y los destellos caprichosos de las llamas de la hoguera.
Abro los ojos y desaparece poco a poco la cueva, transformándose las paredes rocosas y abruptas, en las paredes blancas y lisas de mi habitación, las gruesas y pesadas cadenas, en mi libro sobre Platón, abierto en el diálogo de 'Parménides', desencajado en el suelo, después de haberse escurrido entre las rodillas.
La música de un encuentro tecno-house, retumbaba con fuerza a través de la ventana abierta y la pantallita del MSN destellan tus mensajitos y zumbidos, intentando despertar mis instintos con una foto tuya muy pixelada. En el fuego de la cocina me había dejado olvidadas unas tostadas, quemadas ya, dejaban un denso humo que me invade.
Me había metido en la metáfora que estaba leyendo, en plena caverna platónica, incapaz de percibir el modelo original, mi mente desorganizada y tonta me había mezclado cuatro sensaciones en una, intenté proseguir el sueño donde lo había dejado pero ya no pude.
Como los prisioneros encadenados de esta alegoría, no pude considerar otra cosa más verdadera que las sombras de tu silueta destacada entre las irregulares formas de la pared de roca.
Solo puedo ver la pared del fondo, sin poder girar la cabeza más allá, justo detrás un tosco pasillo estrecho, una hoguera que percibo por su olor y la entrada de la cueva, cordón umbilical que me ata al mundo que me rodea.
Por el pasillo circula una mujer, eso deduzco, porque no la puedo ver, se oyen unos sonidos rítmicos, que retumban en toda la cueva y las sombras chinescas de esa hembra de sensuales curvas, retorciéndose sobre si misma al ritmo frenético de esa percusión de ultratumba, entre el humo y los destellos caprichosos de las llamas de la hoguera.
Abro los ojos y desaparece poco a poco la cueva, transformándose las paredes rocosas y abruptas, en las paredes blancas y lisas de mi habitación, las gruesas y pesadas cadenas, en mi libro sobre Platón, abierto en el diálogo de 'Parménides', desencajado en el suelo, después de haberse escurrido entre las rodillas.
La música de un encuentro tecno-house, retumbaba con fuerza a través de la ventana abierta y la pantallita del MSN destellan tus mensajitos y zumbidos, intentando despertar mis instintos con una foto tuya muy pixelada. En el fuego de la cocina me había dejado olvidadas unas tostadas, quemadas ya, dejaban un denso humo que me invade.
Me había metido en la metáfora que estaba leyendo, en plena caverna platónica, incapaz de percibir el modelo original, mi mente desorganizada y tonta me había mezclado cuatro sensaciones en una, intenté proseguir el sueño donde lo había dejado pero ya no pude.
Como los prisioneros encadenados de esta alegoría, no pude considerar otra cosa más verdadera que las sombras de tu silueta destacada entre las irregulares formas de la pared de roca.
8 comentarios:
Generalmente es así, mezclamos sueños y realidad, y al final, sombras nada más...
Besos borrascosos
Y a mi que Platón nunca me ha provocado esas sensaciones. Habre de volver a sacar sus libros de las cajas apiladas en el trastero.
Besos
Sabía que no podía retener al Fauno!
Tu cuerpo descansa y tu mente se libera en esa esclavitud primitivamente sensual de lo más profundo de sí misma
Antes, envidié a la del espejo ahora envidio a la sombra.
Me obsesiona la idea de tu mente sin las cadenas!
Caricias, miles de caricias Obsesivas
Si es que.....nos dejamos llevar y pasa lo que pasa!!
Besitos dulces..
¿Quien quiere originales pudiendo tenr sombras mucho más sugerentes?
Besos
Un sueño delicioso ...Me pregunto lo que soñará tu mente en la oscuridad de la noche.
siento las palabras que emergen ..Cierro los ojos.
Dentro de poco vendrán los sueños.
La locura de mis mundos sin reglas.
"destellos caprichosos de las llamas de la hoguera." Y una vez mas me dormire.
Un beso entre paredes rocosas con un suave sabor a cariño.
Borrasca
Este escrito de Platón me gusta bastante, vemos las sombras y deducimos la realidad a traves de ellas
Besos cavernicolas ;-)
belita
jejeje Platón si te hubiera conocido no creo que hubiera escrito nada
Muchos Besos
geheugen
jajaja el Fauno acabó atado de pies y manos en la caverna platónica ¿no te da pena?
No envidies espejos ni siluetas, seguramente tu yo, capaz de postear escritos tan bellos está muy por encima.
Miles de besos
Susy
jejeje si nos dejamos llevar y acabamos atados de pies y manos en una caverna
Besitos con sabor a pimienta !!
Nadia
Claaaaaro, quien a buena sombra se arrima, buen original le cobija
¿Por que no originales y sombras mucho sugerentes a la vez?
Siluetas de besos !!
Amie
Hummm mi mente en la oscuridad de la noche es totalmente libre e indómita.
me gusta que los sueños se adueñen de la realidad para que negarlo.
Te devuelvo ese beso entre sombras y destellos con sabor a fuego.
"Hummm mi mente en la oscuridad de la noche es totalmente libre e indómita."
ATADO?!
Un Fauno está atado solo como un modo más de ser libre...
Qué mayor libertad que la de entregar la voluntad mansamente y dejar que te lleven, que te guíen, que te enseñen, que te posean?; sobre todo por una sombra, un ser sin sustancia que te exime de toda defensa, toda resistencia y toda voluntad.
A mí no me engañas, no creo más en tus cadenas de lo que vos crees en mi envidia.
Sigo buscándote en el claro de luna.
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