lunes, 18 de agosto de 2008

Mañana, quizás


El cenicero estaba lleno ....
El aire caliente se me aplastaba contra la cara y me secaba los labios, solo me quedaba el tacto tibio de mi botellín de cerveza, la espuma ya estaba caliente y sabía amarga, al salir el camarero, le pedí otra, aunque solo fuera por notar algo frío en la garganta.
Encendí el enésimo cigarrillo, y escuché que me llamaban.
Era una voz aguda y cantarina que se iba modulando a medida que se acercaba, no era una voz familiar, me volví, recién salida del mar el pelo aún mojado, ella me saludaba estirando un brazo. Aceleró el paso, luego lo demoró y empezó a correr de puntillas, la arena blanca quemaba con rabia en aquellas horas solares, luego se llevó las manos al pelo, despejó su cara y otra vez a la carrera saltando entre las alegres toallas de colores.
Me besó en la mejilla sin afeitar, dijo "hola" alegremente al camarero y sonrió deliciosamente, me encogí de hombros, no la había visto desde el verano anterior, llevaba el pelo más largo de lo que podía recordar, intentaba acordarme de su nombre.
Olía a sal, a arena caliente y a vainilla, podía asociar su olor a un par de encuentros agradables y sobretodo más cortos de lo que me hubiese gustado, durante el veraneo pasado.
Sus mejillas estaban encendidas al igual que la punta de la nariz por culpa del sol, vestía un bikini muy pequeño rojo de tirantes muy finos.

Me fijé en el vello de sus brazos tostados, destacando por su rubio brillante.
-¿No deberías tomar menos el sol?
-¡Qué va si todavía estoy un poco blanca! Contestó levantando una pierna como una bailarina.
-Pues yo te veo dorada protesté jocosamente
Se rió sonoramente
-¡Ni hablar! De un salto se acercó, con dos dedos apartó parte de su top y me mostró la parte blanca, mirándome de reojo con una sonrisa pícara me dijo:
-Pués todavía me falta un poco, ¿no crees?
-¿No quieres beber un refresco?
-Gracias, pero no puedo, he quedado con 'alguién' dentro de un rato y todavía tengo que pasar por casa para cambiarme.
-Venga quedáte un ratito (aún no conseguía acordarme de su nombre, maldita memoria).
-Nonononononono (entonando como una cancioncilla). Me hizo reir.
-Es una lástima suspiré, acabándome de una vez la cerveza caliente.
Abrió los brazos en jarra,
-¡No pongas esa cara tan triste!, mañana quizás me quede.
La miré con gesto risueño.
-No te preocupes. Con un beso me conformo.
Se inclinó, volvieron a inundarme todos sus aromas, y me plantó los labios suavemente en la mejilla, con lentitud.
Entonces improvisé una ligera conversación, durante algunos minutos, acerca del destino de los encuentros fortuitos, de su horóscopo, del mio, del destino otra vez etc. etc. con la esperanza de que se sentase un rato, pero seguía en pie, respondiendo con su gracia habitual y al mismo tiempo con una concisión que no dejaba de sugerir prisa, de marcar un límite.
Antes de despedirse me pidió un cigarrillo, me lanzó un beso con las dos manos y se apartó de la sombra del toldo, salió al sol, la luz rebotó en su piel brillante y por un momento me deslumbró.
Encendí otro cigarrillo y contemplé como se marchaba, su cabellera ensortijada, independiente de su cuerpo, sus caderas alegres, bailando por la forma de desplazarse casi corriendo, y el triángulo rojo de su bañador haciéndose pequeño.







Mientras permanecía allí sentado con mis pensamientos ociosos e inconscientes, apenas elaborados, se posó una maldita mosca en la mano derecha, una mosca curiosamente fea, gorda, ignorante, hostil, a la que nombré culpable de mis fustraciones.
Agité la mano para que se fuese.
Pero no, esa mosca, no tenia una hermosa sonrisa, ni gracia ninguna, ademas no tenia ningunas ganas de irse, ni tenía compromiso previo, estaba destinada para mi de modo que me obligó a hacer el 'molinillo' con los brazos durante un buen rato, se alzaba 2 ó 3 centímetros, se ponía a zumbar y entonces con un sonido realmente horrible, girando y haciendo un ruido furioso y posesivo, me tuvo distraido pensando en lo fácil que es retener una mosca y lo difícil que es retener a alguien que te gusta.
Volvió a aterrizar en mi mano aprovechándose de mis ociosos pensamientos y me picó con alevosía.

No tenía ni idea de por que hubiera preferido que me hubiera pellizcado ella en lugar del picotazo de esa horrible mosca.

6 comentarios:

Lil (Shanti) dijo...

Clip ¿Cómo es posible de que una mosca te haya distraído de disfrutar de esos pensamientos que debieron rondarte por la cabeza después que la chica se fue?

Te dejo besos =)

anette dijo...

genial el post , como todos los tuyos , excitantes como pocos , y siempre me arrancan una sonrisa , es una delicia leerte.
besitos muy churrupeteantes para ti

AGRA dijo...

Tranquilo quizá mañana sea un buen día para ser pellizcado por una bella dama dorada de olvidadizo nombre...
Me ha gustado mucho la historia, he imaginado cada uno de los movimientos que has descrito.
Besitos

Susy dijo...

ainsss mi querido Clip..pellizcarme tengo yo cada vez que visito tu blog...soy una adicta reconocida a ti...no me avergüenza decirlo...disfruto con cada una de tus letras..ya sabes que siempre vuelvo.
quizas mañana tengas más suerte y te pellizque una morena de largos cabellos rizados y sonrisa encantadora..

besitos dulces..

Susy dijo...

mmm..veo que me vas conociendo y tu intuición no falla..
tienes razón y obedece a una serie de emails, que yo no comienzo , pero respondo a los mismos...

Besitos dulces, buen fin de semana ...

oscuro deseo dijo...

Hola!! volví a pasar por aqui despues de mucho tiempo, me gustó este texto...

a ver si es verdad que "mañana" esa muchacha se queda y acepta el refresco....y...lo que venga... jijij

besitos!