-Mejor empecemos por la penitencia Padre.
-Lo primero es el principio. ¿Como quieres que te ponga la penitencia si aún no me has dicho tus pecados?
-Es que todavía no los he cometido.
-Bueno pues entonces los cometes y luego vuelves, esto va así hija mía.
-Es que ......
-Es que, ¿que?
-Digamos que es usted con quién quiero cometerlo, así de este modo penitencia y pecado irían juntos y me ahorro un viaje.
-Imposible hija mía yo tengo voto de castidad, tal vez sería mejor que te confesara el padre Antonio, estará mas preparado que yo para afrontar esta situación.
-El padre Antonio tiene 74 años... Padre, cada vez que le veo a usted con la sotana, me la imagino por dentro y me quedo absorta imaginando como su badajo oscila de lado a lado golpeando su ventana de tela y me cuezo en mis propios deseos, para mi es usted un ser superior, tan diferente a los que me rodean que ese pensamiento hace que me masturbe una y otra vez, pensando y pensando en lo sobrenatural.
-Hija mía hay muchos mas hombres en los que puedes fijarte, yo estoy prohibido para ti.
-¡Ah!, eso es lo que no puedo soportar, padre déjeme tocarle el pene solo una vez por favor, abrazarlo con mis suaves dedos y me convenceré de que usted es igual a los demás, un hombre cualquiera de carne y hueso, así desaparecerá esta tensión que me está matando.
-¿Sólo tocar un poquito? Bueno, quizás no esté mal pensado lo de la penitencia 'a priori', mira reza tres padrenuestros , dos avemarías y coloca 200 euros en el cepillo de la Iglesia, pero solo podrás tantearla en tu mano un ratito ¿eh? nada de movimientos lascivos. Haré esto como un sacrificio para una noble causa, eliminar tus sucios pensamientos de una vez por todas y que tu deseo se vea apaciguado para que tengas una vida tranquila.
-Muchas gracias padre
A aquella mujer le cambió el rostro de preocupación, por primera vez sonrió, una vez realizadas las oraciones y entregada la generosa dádiva, se dirigió a la puerta del confesionario, se subió la falda hasta la mitad del muslo y se introdujo agílmente por la estrecha puerta del vetusto confesionario de madera, el padre Arturo estaba atemorizado pues aquella conversación tan morbosa, unida a sus años de abstinencia le habían alterado, ahora la forma de sus sotana estaba dotada de una pirámide extra de tela de considerables proporciones, cuya base surgía en lo que debía ser su entrepierna y el vértice se alzaba totalmente recto apuntando al pequeño techo, avergonzado de mostrar de una forma tan evidente su deseo, cerraba los ojos e inclinaba levemente la cabeza hacia atrás, al ser un recinto muy pequeño y mal iluminado el efecto aún era mas impactante.
-Lo primero es el principio. ¿Como quieres que te ponga la penitencia si aún no me has dicho tus pecados?
-Es que todavía no los he cometido.
-Bueno pues entonces los cometes y luego vuelves, esto va así hija mía.
-Es que ......
-Es que, ¿que?
-Digamos que es usted con quién quiero cometerlo, así de este modo penitencia y pecado irían juntos y me ahorro un viaje.
-Imposible hija mía yo tengo voto de castidad, tal vez sería mejor que te confesara el padre Antonio, estará mas preparado que yo para afrontar esta situación.
-El padre Antonio tiene 74 años... Padre, cada vez que le veo a usted con la sotana, me la imagino por dentro y me quedo absorta imaginando como su badajo oscila de lado a lado golpeando su ventana de tela y me cuezo en mis propios deseos, para mi es usted un ser superior, tan diferente a los que me rodean que ese pensamiento hace que me masturbe una y otra vez, pensando y pensando en lo sobrenatural.
-Hija mía hay muchos mas hombres en los que puedes fijarte, yo estoy prohibido para ti.
-¡Ah!, eso es lo que no puedo soportar, padre déjeme tocarle el pene solo una vez por favor, abrazarlo con mis suaves dedos y me convenceré de que usted es igual a los demás, un hombre cualquiera de carne y hueso, así desaparecerá esta tensión que me está matando.
-¿Sólo tocar un poquito? Bueno, quizás no esté mal pensado lo de la penitencia 'a priori', mira reza tres padrenuestros , dos avemarías y coloca 200 euros en el cepillo de la Iglesia, pero solo podrás tantearla en tu mano un ratito ¿eh? nada de movimientos lascivos. Haré esto como un sacrificio para una noble causa, eliminar tus sucios pensamientos de una vez por todas y que tu deseo se vea apaciguado para que tengas una vida tranquila.
-Muchas gracias padre
A aquella mujer le cambió el rostro de preocupación, por primera vez sonrió, una vez realizadas las oraciones y entregada la generosa dádiva, se dirigió a la puerta del confesionario, se subió la falda hasta la mitad del muslo y se introdujo agílmente por la estrecha puerta del vetusto confesionario de madera, el padre Arturo estaba atemorizado pues aquella conversación tan morbosa, unida a sus años de abstinencia le habían alterado, ahora la forma de sus sotana estaba dotada de una pirámide extra de tela de considerables proporciones, cuya base surgía en lo que debía ser su entrepierna y el vértice se alzaba totalmente recto apuntando al pequeño techo, avergonzado de mostrar de una forma tan evidente su deseo, cerraba los ojos e inclinaba levemente la cabeza hacia atrás, al ser un recinto muy pequeño y mal iluminado el efecto aún era mas impactante.
-¡Ohhhhh! ¡No me lo puedo creer!
Metió su mano bajo la sotana y fue palpando lentamente sus muslos hasta llegar a la entrepierna, al estrechar entre sus dedos aquel tronco palpitante, se le escapó un gemido, se fue colocando a horcajadas sobre sus piernas desnudas, hasta rozarle su pecho con sus pezones totalmente empitonados bajo la blusa, y sintiendo en sus muslos aquel tronco totalmente enhiesto y palpitante, como los amables lectores se estarán imaginando la mujer apenas pudo balbucear en voz muy baja.
-Padre, necesito negociar más penitencia para lo que voy a hacer ahora.
-Tranquila hija mía, esa penitencia corre de mi cuenta.
PD. Al cabo de unos meses la hermosa mujer no pudo acallar su secreto (como todas las mujeres que han interrumpido violentamente una carrera de castidad).
-¿200 euros?. Pues a mi solo me pidió 150.
-Anda a mi solo 50.
-Tranquila hija mía, esa penitencia corre de mi cuenta.
PD. Al cabo de unos meses la hermosa mujer no pudo acallar su secreto (como todas las mujeres que han interrumpido violentamente una carrera de castidad).
-¿200 euros?. Pues a mi solo me pidió 150.
-Anda a mi solo 50.
8 comentarios:
¡¡¡Menudo listo el "padre"¡¡¡
Bueno, al menos así el sobresueldo se lo gana con su cuerpo y no tiene que vender estatuitas del siglo XII para sus caprichillos... :D
Un beso, Clip
p.s. el video lo veré en casa, que aquí no tengo audio.
El orden de los factores?... si altera. No es lo mismo un guardameta a que te la meta un guarda!! XD.
SaludoX.
Cualquier se fia de la iglesia , Ahora resulta que hay padres gigolos ! :D.
Pecado y penitencia siempre van unidos, pero que terriblemente delicioso es pecar y tentar a lo prohibido... siendo asi, bienvenidas sean todas las penitencias...
Un beso prohibido
Novicia, pues si el padre en esta historia parece que se toma muy en serio su trabajo y saca pingües beneficios.
Un besazo !
Luis XL desde luego tienes razón en algunos casos el orden es importantísimo. jejeje como el ejemplo del 'guardameta'
Un saludo !!
Bueno Amie, las circunstancias pecaminosas llevaron el padre a realizar un 'gran' esfuerzo con esta feligresa ......
Un beso irreverente (si me lo permites) penitencia incluida.
Buena historia
De la iglesia mejor no comento...que si hay doble moral entre los humano sentre ellos no veas...
Besos
Pobre padre, que sometimiento más cruel y lascivo....jajaajaja
Merci por la sonrisa!
Un beso.
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