lunes, 14 de febrero de 2011

Domesticado



Cuando más observas la misma cosa menos la comprendes....
las cosas simples miradas con ojos complicados se vuelven complicadas

"Teoría de la imprecisión"

















Estaba francamente molesto con mi amigo, pero para lograr mi normalidad mental y emocional no dí pábulo a aquella peregrina historia, había fabulado y quería meterme el miedo en el cuerpo tal vez sentía una cierta nostalgia.

Bajo ningún concepto la médico Mónica ni ninguna mujer, iba a domesticarme como según Arnau afirmaba le había hecho a él.....

Por esta vez me tocaba el turno de noche que nadie quería hacer en aquel desvencijado hospital, se hacía largo y soporífero, en una vieja hoja pegada en la pared tenía algunos teléfonos y protocolos en caso de urgencia, al final de la hoja el número de móvil de Mónica, médico de guardia.

La calefacción estaba insoportablemente alta, me sudaba la frente, la parte superior del pecho, me quedé en camiseta, era de color blanco, había dado varias rondas, solo se oían las espiraciones profundas y despreocupadas de algunos pacientes. ¿Donde demonios estaría el termostato?


Estaba nervioso, si hay algo que me molesta es el calor, ni me deja dar cabezadas ni me deja pensar con claridad, las paredes mal pintadas se acercaban me quitaban aire y aumentaban mi agobio.
-¿Mónica?
Al final la llamé por el móvil
-Si.
-¿No tenéis calor en vuestra planta?
-Uffff muchísimo. me he tenido que quitar casi toda la ropa ya no aguanto mas.
-Perdona que te moleste pero aquí hay un armario de cristal con el termostato dentro pero no tengo la llave.
-Espérame que bajo en un minuto.


Todo empezó por un maldito pezón. Un pezón travieso que se asomó por arriba de su camiseta de escote cuadrado. Su piel ofrecía el aspecto y textura que se produce antes de empezar a sudar, su aroma a piel caliente me invadió mientras se agachaba para buscar la maldita llave, no me dio tiempo a apartarme, ella a mi lado y su pezón... al aire, la carne rosada respirando y exhibiéndose, la miré ya no sabía lo que me hacía, pero no dejaba de mirárselo.
-Pues no tengo ni idea donde estará la llave del termostato. ¿no estaba por aquí en algún cajón?
En esto que ella pilló mi mirada concentrada, solo tuvo que seguir mi mirada y el color rojo se adueñó de sus mejillas se subió la camiseta con lentitud disimulando y dejando que aquella pequeña fresa rebelde encontrase su camino para alojarse otra vez en su guarida. Pero aquella visión y aquel calor ya me habían descolocado.
Mónica, sonrió al ver mi ofuscación.
-¿Me has visto una teta eh?
-Pues si, ¿que situación más incómoda verdad?
-Bueno al principio si, pero si te soy sincera no me esperaba como te has alterado.
-Hubiera podido ser peor si te hubiera rozado.-
-¿Ah si?
Jugó con fuego entonces, me miró fijamente y recompuso un poco el escote bajando un poco la camiseta mientras me dedicaba otra de sus maliciosas sonrisas.

Pensé en mi amigo, creo que tenía toda la razón, el sudor me caía como perlas sobre el pecho dibujando formas extrañas en mi camiseta y unos minutos más tarde, me encontraba empezando a bajarle la camiseta con un pequeño temblor en los dedos.

Sus pezones se deshicieron con el calor de mi boca. Se los chupaba intercambiando el roze con el dorso de la mano sus aureolas.
La camiseta apenas por debajo de sus senos, los erguía y colocaba sus turgencias a una altura provocadora. Echaba el cuello hacia atrás como un junco a punto de romperse y gemía levemente, me pedía más en el lenguaje secreto de cada suspiro.
Quejidos hondos que retumbaban en mis oidos y capaces de despertar al más enfermo de la sala.

Movía sus caderas con un ritmo acompasado. Yo inmerso en sus pechos, encantado de provocarle esa musicalidad, con mi mente sobrevolando por encima de nuestros cuerpos, observándole a ella y toda su magia y aterrizando una y otra vez entre sus brazos.

-¿Que te parece si a partir de ahora haces el turno de noche?
-Siiiiiiiiiiiiiiiii. ¿Dónde hay que firmar?
-¡Aquí!. Casualmente llevaba un impreso y mañana se lo entrego al administrador.

Al salir, un ruido metálico atrajo mi atención, una llave precisamente abría el armario del termostato, le había caido de uno de sus bolsillos.......
¿Pero que mas da? Supongo que a estas alturas no os interesa demasiado si seguí pasando calor.....

4 comentarios:

Luna dijo...

Todo es complicado y a la vez, nada lo es... toso es tan simple... solo es cuestión de como lo ves...

Te susurraré... dijo...

Jaja, buena historia.

Clip dijo...

Luna, las mismas cosas siempre tienen interpretaciones diferentes... te sigo.

Clip dijo...

Te susurraré ....cuanto tiempo, me alegro de verte por aqui ....