jueves, 10 de diciembre de 2009

De Doce en Doce

Todo el mundo sueña lo que es que viven en un sueño
"... que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son"
Segismundo
P. Calderón de la Barca
Sus amigos le miraron con una mezcla de sorna y envidia.
Era un especie de suicidio anunciado, pero él apuró un último trago de su tercer gin tonic y despegó lentamente de la barra.

Sabía perfectamente que abandonar la barra era como partir de puerto, se dejaba el punto de apoyo que le unía con la seguridad, aspiró aquel aire infectado de humo mientras las metálicas notas musicales se mezclaban con decenas de conversaciones.


Allí estaba ella, sola en aquella mesa, las piernas cruzadas y una falda a través de su grieta, mostraba unas piernas torneadas, perfectas de color tostado. Su mirada estaba pérdida y apuraba un dry martini a pequeños sorbos, mientras leía una extraña libretita.

Se hizo eterno el desplazamiento a través del humo, pero poco a poco las conversaciones fueron disolviéndose, se plantó delante de su campo visual, el aspecto de él no era especialmente seductor seguro de si mismo, más bien tirando a indeciso.

Ella levantó la vista, enseguida se pudo leer en su frente 'no molestes, no me interesas lo más mínimo'.

-¿Llevas medias?
-¿Como? ¿Hablas conmigo?
-Esta claro, solo te pregunto si llevas medias.

Casi todos en el local aplacaron sus conversaciones y ahora se centraban en esa extraña conversación.

-Pues si, ¿pero a ti que te importa si llevo o no?
-Es que quiero tener un hijo tuyo, pero no me gustaría que su madre andase por ahí con esas medias rotas, solo te preguntaba si tienes medias de repuesto.

Ella entonces se ruborizó, notó que algo no iba bien, sabía que era muy atractiva, el baile además le había premiado con unas piernas preciosas que le encantaba lucir, había estado ahí luciendo con toda su soberbia las medias rotas, a la vista de todos y aquel hombre que había tratado tan despectivamente, la estaba sacando del atolladero.

Le entregó un paquetito.
-Son de tu medidas
-Pero.....¿como es que llevas un par de medias de mis medidas en el bolsillo?

El sonrió.

-Ya te lo dije, quiero tener un hijo tuyo, ahora.



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Antes de ir a dormir anotaba detalladamente en una libretita donde había dejado el sueño anterior, solo tenía que esperar que sus sueños se entrelazaran, en el sueño anterior le había puesto la libretita con el guión a la chica y cuidadosamente le había roto las medias.


El problema es que ahora cada vez dormía más ya casi doce horas y su vida transcurría cada vez más en sus sueños y se olvidaba lo que pasaba en su vida real. ¿o al revés?

6 comentarios:

Clip dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

geheugen dijo...

Y perdido en sus sueños se hunde en la más tangible de las realidades...
aquella en la que todos sus sentidos se recrean y gozan, y todas sus emociones se enaltecen...
Lo demás?
está de más.

Como nosotros que viniendo a buscarte,
entramos en un sueño de sensaciones y deseos.
Y acabamos queriendo no despertar porque las promesas de la realidad no tienen el sabor de las realidades de tus sueños.

Siempre un deleite Fauno!

Clip dijo...

Lo malo de los sueños es que provienen del subconciente y son realidades que no dependen de nosotros.
Ya sabes que el mundo de las realidades intangibles a veces se confunde un deseo con un sueño.
¿No ha pasado nunca desear que una situación no se acabe?

un beso geheugen !!

Lydia dijo...

ya me parecía a mí, que muy precavido el hombre con medias de repuesto... pero siendo un sueño... ¿o quizás fue real?

MentesSueltas dijo...

En estos días, siempre pedimos y prometemos... pues entonces que cada deseo sea una flor, cada dolor una estrella y cada lágrima una sonrisa.

Mis mejores deseos de armonía y paz interior.

MentesSueltas

belita dijo...

Extraña historia con un final soñado.

Al menos no es una pesadilla, que ya es mucho.

Besos