sábado, 14 de noviembre de 2009

Ladrona de Huellas

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
Alejandra Pizarnic
-¿De modo que eras tú?


Llevo días intentando averiguar porqué aparecen unas pequeños piés dentro mis huellas, deshago el camino una y mil veces, me estaba agobiando.

-Perdona por robar tus huellas. Pero me gustan tus itinerarios inesperados por la orilla, dar saltitos cuando aceleras, pararme exactamente donde se juntan tus pies, mirar lo que miras según la dirección, sentir lo que sientes cuando una ola te moja.

-Podías habérmelo dicho, no tengo inconveniente en que me acompañes.

-Es que no es lo mismo, me gusta meterme en tu intimidad, prefiero saltar al mismo tiempo que tú, imaginar cuando esquivaste esa ola para no mojarte los pies, andar a pequeños pasos cuando tus pensamientos te absorben, es como meterme en tú cabeza, sentir y ver por tus grandes pies.

-¿Y que haces cuando me siento en la gran duna?

-Espero escondida y luego replico tus gestos cuando te vas, me siento en el huecograbado de tu espalda, aún caliente, hundo las manos en la arena y dejo que los granitos se escurran entre mis dedos y hago montañitas sobre mis muslos desnudos como haces tú, me gustan esas caricias de la arena aún caliente .....

-Calla, no sigas hablando, acércate.

4 comentarios:

geheugen dijo...

Porque para qué seguir hablando de lo que está todo dicho y perder el intante en que los besos se vuelven el mejor de los lenguajes.
y dejarlos que se vuelan voluptuosamente poliglotas y reescriban los cuerpos, las mentes y cada emoción que se defina.

Clip, mis huellas en la arena ya no serán lo mismo después de esto.
Me quedaré soñando que invaden las tuyas.

Siempre, siempre una delicia.
Te dejo un beso.

Ceci Bravo dijo...

Una duna para escalar, o para enterrarse en ella

belita dijo...

Absolutamente genial el relato, aunque un poco más dulce de aquellos a los cuales nos tienes acostumbrados... Y que conste que no es una queja.

El poema de Alejandra también precioso.

Un beso con sabor a mar.

Puta se nace dijo...

Gracias por tus palabras.